
El hecho es que ni siquiera podemos argumentar que nos estemos resistiendo a la situación real. Por ejemplo, si alguien dice algo que no nos gusta, evidentemente nuestra resistencia no va a servir de nada, porque ya lo ha dicho. En realidad, a lo que nos estamos resistiendo es a la experiencia de que el suceso nos atraviese, no queremos que nos afecte por dentro. Sabemos que va a producir impresiones emocionales y mentales que no encajaran con lo que ya está allí. De modo que ejercemos la fuerza de voluntad contra la influencia del suceso en un intento de impedir nuestros corazones y mentes. En otras palabras, la experiencia de un suceso no se detiene con nuestra observación sensorial de ella. El evento también tiene que pasar por la psique a nivel energético. Éste es un proceso que experimentamos cada DIA. La observación sensoria inicial toca nuestros depósitos de energía emocional y mental, creando movimientos en dicha energía. Estos movimientos pasan por la psique de manera muy parecida a como un impacto físico se extiende sobre la superficie del agua. Asombrosamente, en realidad tienes la capacidad de resistirte a estos movimientos de energía. Ejercer tu fuerza de voluntad puede detener la transferencia de energía y eso es lo que genera tensión. Puedes agotarte luchando con la experiencia de un único suceso, o incluso de un único pensamiento o emoción. Ya sabes a qué me refiero.
Michael Singer
No hay comentarios:
Publicar un comentario